Importancia del sector ovino
El sector ovino lechero genera anualmente en España más de 520 millones de euros, lo que representa más de un 2,5 % de la producción final ganadera. La base de esta producción son alrededor de 2 millones de ovejas en ordeño que se encuentran mayoritariamente repartidas entre Castilla y León y Castilla La Mancha.
En España se producen más de 520 millones de litros de leche de oveja al año, siendo Castilla y León la primera CCAA en producción, seguida de Castilla-La Mancha. A nivel europeo, España es el segundo productor de leche de oveja, por detrás Grecia. El sector ovino español es uno de los más profesionalizados y especializados de Europa, y se caracteriza por una gran diversidad de sistemas productivos.
La actividad del sector ovino se desarrolla en el medio rural, por lo que tiene una importancia crucial en la vertebración del territorio, el mantenimiento de la población, la creación de empleo, la conservación del entorno y la generación de riqueza en las zonas donde se asienta. Asimismo, a partir de la leche de oveja se elaboran productos de calidad extraordinaria y con valor añadido que se comercializan tanto a nivel nacional como internacional.
Las empresas ganaderas en general y, en particular, las ligadas al sector ovino han viviendo una evolución impactante en los últimos años en todos los aspectos (económico-empresarial, laboral, productivo, tecnológico…) que las está obligando a tomar decisiones a corto plazo y adaptar sus métodos de trabajo. El sector ovino ha sido capaz de adaptarse a los condicionantes de la producción y del consumidor, valorizando la calidad de los productos que genera.
Desaparecen
9%
de granjas al año
Sin embargo, esta gran capacidad de adaptación se ha visto superada en los últimos años por unas condiciones especialmente desfavorables que han propiciado la desaparición de cada vez más granjas, llegando a observarse descensos en el número de granjas de hasta el 9 % al año. Esto está motivado por el aumento de los costes de producción (precios de la energía y de las materias primas para la alimentación del ganado), las dificultades asociadas a la captación de mano de obra y al relevo de negocio, junto a la baja capacidad de negociación de precios por parte de los productores.
El trabajo diario de los ganaderos y ganaderas es y sigue siendo el principal motor que dinamiza el sector. Sin embargo, es, asimismo, la pieza de todo el engranaje productivo, económico y social que más acusa el desgaste fruto de las exigencias laborales (horarios de trabajo, falta de relevo generacional, falta de personal para cubrir bajas o permisos, dificultades para acceder a una digitalización plena que redunde en unas mejores condiciones sociales y laborales, denostación de la imagen del trabajo con animales…). Y ha sido, y es hasta el momento, el aspecto sobre el que menos se ha incidido desde el ámbito de la investigación y el desarrollo de manera específica.
Digitalización y modernización de granjas.
Mejora de la captación y gestión de los recursos humanos necesarios para el trabajo en las granjas.
Mejora de la imagen pública del sector (y de los puestos de trabajo relacionados con el manejo con animales).
INSTITUTO TECNOLÓGICO AGRARIO
DE CASTILLA Y LEÓN
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